La tentación
Santiago 1:13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
La tentación es el estímulo que induce a hacer algo. Y para los creyentes la tentación puede ser mortal en nuestras vidas espirituales.
Todos vamos ser tentados de una manera o de otra. Y el mal no está en ser tentado, sino en ceder a la tentación.
Está claro que cuando somos tentados no es por Dios. La gente peca porque son tentados por su propia concupiscencia y por el enemigo que quiere hacernos caer. Porque él vino a matar, robar y a destruir.
También cuando nos dejamos llevar por la carne y no por el espíritu seremos un blanco fácil para ser tentado. (no oramos, no ayunamos y la asistencia a la casa de Dios)
Pero Dios nos ha dado poder para vencer toda tentación, no estamos desprotegidos, la unción y el poder del Espíritu Santo está sobre nosotros.
Hebreos 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Aunque Cristo tenía un cuerpo de carne, no tenía una concupiscencia pecaminosa.
Jesús NO fue engañado. Si hubiera sido engañado hubiera caminado fuera de la voluntad de Dios y hubiera pecado.
Pero Él “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” Cristo no tenía una naturaleza caída aunque tenía un cuerpo carnal.
A diferencia de Cristo nosotros tenemos ambas cosas, un cuerpo de carne, y una naturaleza caída,
Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Seremos victoriosos cuando rechacemos y soportamos la tentación que el enemigo nos ponga en el camino.
Y Dios cumplirá su promesa dándonos el Galardón a los que permanecen fieles.
Mateo 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
También la oración y el velar son medios poderosos que podemos utilizar para derrotar a la tentación.
SANTIAGO 4:7-8 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.